martes, 9 de marzo de 2010

AMERICA SIN AMERICANOS

Uno de los temas centrales de la reunión, denominada Cumbre de la Unidad, fue la creación de una organización de estados latinoamericanos y caribeños que excluya a Estados Unidos y Canadá.
Ambas naciones del norte quedarán fuera de la nueva organización. Pero, ¿qué pasará con los millones de latinoamericanos que viven en esos dos países, quienes son ahora la mayor población no blanca anglosajona en varios estados de esa parte del continente? Porque si ahora inciden relativamente poco políticamente en esas sociedades, menos presencia tendrá su voz si los países en los que viven quedan fuera de la nueva agrupación que se propone crear.
¿A quién no le gustaría ver unido al continente sin la bota militar de Estados Unidos metida desde la diplomacia hasta las bases militares; o sin las depredadoras compañías del discreto Canadá, que lo mismo fomentan saqueos de minerales como de agua y otros recursos en todo el continente (menos en su país)? Y ¿qué tal que se pudiera transitar de Tijuana a Tierra de Fuego con la misma libertad con la que acostumbran dejar circular las mercancías?
Con la intención de excluir a los dos primos ricos del norte, se confirma lo que ya se sabe: la marcada dependencia de la región al humor y las conveniencias de los Estados Unidos. Puestas así las cosas, viene a cuento recordar que el famoso bicentenario pasa a ser una mera fiesta de disfraces de la época, pues ahora más que nunca se evidencia que la cacareada independencia es sólo demagogia.
La organización trasnacional en la región latinoamericana, después de todo, no puede quedar sólo en manos de los gobernantes, menos aún de probados incapaces como Uribe y Calderón –que no son los únicos de la zona. Y es que mientras los presidentes, secretarios, ministros, senadores, diputados y de ahí para abajo, ganen ciento veintisiete veces más que un obrero, un profesionista, un oficinista, un empleado, un maestro o un campesino, las cosas no van a avanzar nunca más que para beneficiar a las mismas pocas familias de siempre.
Un país en manos de oligarquías no aguanta mucho; tarde o temprano el descontento social termina por desbordarse. El rescate de la región latinoamericana no consiste sólo en excluir a dos países (que al final terminarían colándose con equis máscara). Hace falta mucho más, como renovar la conciencia social y política de su población y eliminar la dependencia y el inmanente derrotismo que venimos arrastrando desde hace siglos, entre otras cosas. Sin embargo es un inicio.

Adivinen ¿quién??? pues KEVIN GALLARDO del 404

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